Por: Tamara Del Moral
Cuenta la leyenda que “la laguna encantada” surgió de la lucha entre Acoré, dios de los emberá que vivían en las tierras regadas por los ríos Zambú y Tuira, y Nele, el dios de los gunas que habitaban en las comarcas bañadas por el río Chucunaque. Acoré y Nele se disputaban el amor de una darienita llamada Setetule. Ella tenía un hermano, Matusagaratí (Tierra Feliz), que luego de cumplir una misión, fue atacado por Nele. La sangre de Matusagaratí que “a raudales se escapaba de las heridas que le hiciere Nele” formó la laguna que hoy lleva su nombre, y los regalos que él llevaba, formaron las piedras y los bosques que la rodean. Según la publicación Tradiciones y leyendas panameñas (Luisita Aguilera P., quinta edición, 1991) “todas las viejas leyendas darienitas muestran el culto reverente que los naturales rendían a la laguna de Matusagaratí”.
Matusagaratí, en la provincia de Darién, es el humedal más grande de Panamá. La laguna del mismo nombre tiene especies únicas. El humedal alberga una diversidad de animales, incluyendo peces, crustáceos, reptiles y aves migratorias que llegan a descansar o a anidar, y es muy atractivo para los científicos. Alrededor del 75% de su extensión está legalmente protegido bajo alguna categoría.
“Se han encontrado nueve tipos de vegetación distintas en Matusagaratí. Hemos hallado plantas y aves que se encuentran en humedales de Sudamérica; el año pasado se reportaron dos especies de plantas nuevas para Panamá, que son de ambientes de humedales sudamericanos: Montrichardia linifera, conocida como castaño amazónico, y Phyllanthus fluitans, una planta acuática con flores rosadas. Es posible que entre las muestras que se enviaron para análisis al extranjero, podría haber dos o tres especies más que sean nuevas para Panamá”, detalla la Dra. Indra Candanedo, investigadora del Centro Regional de Panamá Oeste de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP).
La científica, que lideró el proyecto “Hidrología, Vegetación y Avifauna del complejo de Humedales de Matusagaratí, Darién”, financiado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), destaca que Matusagaratí es el único lugar en Panamá que tiene una diversidad de especies y ecosistemas que se ven en Sudamérica y eso tiene implicaciones para el turismo. Además, el humedal posee varios tipos de bosques que son sumideros de carbono y vitales para el ciclo hidrológico y para la regulación climática.
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