La reciente titulación de aproximadamente 6 mil hectáreas en el humedal de Matusaragatí, el mayor del país con un área de 56 mil 250 hectáreas, ha generado gran preocupación. Según Indra Candanedo, investigadora del Centro de Estudios Multidisciplinarios en Ciencias, Ingeniería y Tecnología (Cemcit-AIP) de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), esta acción compromete tanto la legalidad de estos terrenos como la conservación ambiental de la región.
A pesar de las normativas que prohíben la titulación en zonas protegidas, la emisión de estos títulos ha provocado un conflicto entre la conservación del medio ambiente y los intereses de desarrollo privado. Candanedo destaca que la conversión de tierras públicas en privadas para usos productivos ignora los importantes servicios ambientales que brindan estos humedales, esenciales para la biodiversidad del Darién.
Desde hace más de siete años, una parte significativa del humedal está protegida legalmente. Sin embargo, la falta de coherencia entre las políticas estatales y la débil aplicación de la ley han permitido que se sigan otorgando títulos en áreas que deberían estar reservadas para la conservación.
La investigadora subraya que, al igual que El Pantanal en Brasil, Matusaragatí enfrenta múltiples desafíos debido a la emisión inadecuada de títulos y la limitada capacidad de vigilancia ambiental. Esta situación se agrava con la contradicción entre el Ministerio de Ambiente (Miambiente), que protege parte del humedal, y el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), que promueve el cultivo de arroz y la introducción de especies exóticas en estas áreas protegidas.
La debilidad en la aplicación de la ley también se refleja en las recientes invasiones en la confluencia de los ríos Tuira y Chucunaque, parte del Refugio de Vida Silvestre de Matusaragatí. Además, la inspección realizada por Miambiente en agosto reveló graves problemas ambientales, como drenaje ilegal, tala de madera y peces muertos, poniendo en peligro la vida silvestre y el equilibrio ecológico del humedal.
Miambiente ha iniciado un proceso administrativo para sancionar a los responsables de estas violaciones y restaurar el equilibrio ecológico de esta valiosa reserva natural. La denuncia formal presentada por Carlos Espinosa, director de la Dirección Forestal de Miambiente, busca que los culpables enfrenten la justicia por los daños causados.
Para más detalles sobre la problemática de la titulación ilegal en el humedal Matusaragatí y sus implicaciones para la biodiversidad en Darién, puedes leer el artículo completo en La Prensa.